Buenos días a todos en este lunes de apacible invierno.
Hoy rememoramos los viejos tiempos cuando los agricultores franceses nos «tiraban las fresas» en la frontera entre España y Francia. Lo raro, es que se supone que ahora estamos en la CEE con la libre circulación de mercancías y personas en ella. En fin, y viendo toda la información y noticias de excepciones a esta libre circulación que últimamente se están adoptando contra los transportes de mercancías, parece que la tendencia es volver al pasado. Pues vale, pero mejor volvemos a las pesetas y así las cosas claras.
Lo mejor de toda la agresión es la pasividad de la ¿policia? francesa. Todo un ejemplo de profesionalidad y objetividad.
Vuelven las agresiones de agricultores franceses a los transportistas españoles. Si el verano pasado dos vehículos españoles fueron asaltados por ganaderos galos en las carreteras del país vecino, el pasado martes otro camión con matrícula española fue atacado por un piquete de agricultores en las inmediaciones de Arlés, en la autopista A-54.
El camión, que había sido fletado por la empresa murciana de transporte y logística Ruiz y Valero, ni siquiera tenía como destino Francia, pese a lo cual, poco antes de las 11 de la mañana del pasado martes, 2 de febrero, fue detenido por varios agricultores en la citada carretera de la Costa Azul.
“Los integrantes del piquete obligaron a parar el camión y exigieron al chófer que abriera el semirremolque”, explica en conversación telefónica con Todotransporte el propietario de la compañía lorquina, Victoriano Ruiz, quien asegura que, contactado por teléfono, dio instrucciones al conductor de que siguiera las indicaciones de los agricultores. “Lo primero era velar por su integridad física, después por la seguridad del vehículo y por último de la mercancía. Hay que evitar siempre las desgracias personales“, subraya el empresario murciano.
Y menos mal que el chófer acató las órdenes de los exaltados, porque, según explica Victoriano Ruiz, las consecuencias podían haber sido mucho más graves. Buena prueba de ello es que el conductor de otro de los camiones detenidos por el piquete, de nacionalidad búlgara pero con semirremolque y mercancía españolas, fue agredido por los agricultores.
“Golpearon la cabeza contra el frigo”
“El otro conductor se negó a abrir el semirremolque y varios de estos energúmenos comenzaron a golpearle con la cabeza en el frigo“. La escena fue contemplada por varios gendarmes desde “10 o 15 furgones que estaban en los alrededores”. Al ser alertados por otros transportistas, uno de los gendarmes,lejos de actuar para evitar la agresión, sugirió una curiosa solución al conflicto: “Lo que tiene que hacer es abrir el camión y ya está”, aseguró el policía francés según la versión explicada por Victoriano Ruiz a esta revista.
Es precisamente esa pasividad por parte de los gendarmes la cuestión que más indigna al transportista murciano. “Los franceses saben que si quieren llamar la atención sobre cualquier conflicto no tienen más que ir al pie de la autopista y asaltar algunos camiones españoles“, sostiene Ruiz, quien añade que “lo verdaderamente indignante es la pasividad de los gendarmes“.
“Lo vieron todo y no hicieron nada para evitarlo“, sostiene un enfadado Ruiz, quien asegura que los gendarmes actuaron como “colaboradores necesarios” de lo que denomina como “un acto de piratería” y de “terrorismo“. Y es que, además de arrojar varios palés al asfalto, los miembros del piquete accedieron al interior del semirremolque y vaciaron el contenido de un extintor sobre las cajas de cítricos, que quedaron inservibles para el consumo.
Cuando, una vez finalizado el asalto, el conductor acudió a la prefectura a interponer la correspondiente denuncia, el gendarme que le atendió no quería formalizarla, aduciendo que “no podía saber si lo que contaba el chófer era cierto o no. Es indignante, están obligados a redactar la denuncia y luego ya se investigará si los hechos se corresponden con lo que en realidad sucedió”.
Actividad diplomática
Al contrario de lo que sucedió el pasado verano, la representación diplomática española en Francia ha tomado cartas en el asunto con celeridad. No en vano la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en París ya se ha puesto en contacto con Ruiz y Valero por intermediación del Gobierno murciano. Además, el cónsul español en Marsella también trabaja para aclarar las circunstancias en las que se produjo el incidente.
Sea como fuere, los camiones de Ruiz y Valero seguirán cruzando Francia a diario. Y lo harán, tal y como destaca su propietario, con cierta preocupación pero sin miedo y cumpliendo “las 1.000 normativas que nos obligan a cumplir. Lo llevamos todo a rajatabla. Sólo pedimos que todo el mundo cumpla con su deber, incluidos los gendarmes franceses“.