No es lo mismo adelantar en carretera a un vehículo ligero que a un camión o a un autobús. Estos últimos, debido a sus dimensiones y a su peso, se mueven en unas condiciones bien diferentes a los que conducimos, por ejemplo, un turismo. Esta maniobra se complica y se puede volver peligrosa –tanto para nosotros como para el conductor del vehículo pesado– si es en carretera secundaria.
La DGT nos da una serie de consejos para que la maniobra de adelantamiento en estas condiciones sea lo más segura posible. Las normas básicas son tres: adelantar solo cuando sea seguro y con visibilidad; dejar la distancia de seguridad; y extremar la precaución si se va a adelantar con lluvia o viento.
Aun así, desde la DGT nos presentan diferentes situaciones muy particulares en las que habrá que prestar especial cuidado y extremar todavía más las precauciones. Toma nota.
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Los adelantamientos a vehículos pesados 🚚🚌 pueden generar situaciones de riesgo, sobre todo en carretera convencional.
👉Adelanta solo cuando sea seguro y con visibilidad
👉Deja #distancia de seguridad
👉Con lluvia o viento, extrema la precauciónℹ️ https://t.co/FLwV6e50KH pic.twitter.com/8m3cn627TS
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) September 10, 2021
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Distancia de seguridad y ángulos muertos
Si ya de por sí debes dejar siempre una distancia de seguridad prudente con el vehículo que te precede, con un vehículo de grandes dimensiones deberás tenerlo todavía más en cuenta: debido a su peso y su tamaño, este tipo de vehículos necesitan de más espacio y tiempo para frenar, sobre todo si van cargados. En situaciones de atasco, en carreteras de montaña, en giros lentos… minimiza los riesgos de alcance y deja una “separación frontal adecuada a la velocidad y a las condiciones de la vía”, aconsejan desde la DGT.
Por sus condiciones tan particulares, estos vehículos pesados tienen también más puntos ciegos en comparación con los turismos. Si vas a realizar una adelantamiento, ten la certeza de que el conductor te haya visto para evitar mayores peligros, especialmente si eres motorista o ciclista. Puedes advertir de tu presencia de forma adicional haciendo un “cambio de luces o un toque de claxon”.
Momentos delicados: lluvia, viento y adeantamientos
Con lluvia, está claro que la visibilidad en la carretera se reduce. Conduciendo detrás de un camión o de un autobús todavía más, ya que el spray de agua que levantan estos vehículos pesados dificulta esta visibilidad aún más. El mejor consejo es que extremes las precauciones y que si no tienes claro el adelantamiento, por ser demasiado peligroso, espérate a que se dé una situación más propicia. Acelera el barrido de los limpiaparabrisas y mantén la dirección firme cuando circules detrás.
Si te dispones a adelantar, evita acercarse demasiado al vehículo pesado: con lluvia o sin lluvia, estar demasiado cerca de un camión, por ejemplo, reducirá tu visibilidad, lo que complicará la maniobra especialmente en carreteras de doble sentido. Ten en cuenta la longitud del vehículo que vas a adelantar para calcular correctamente el tiempo que vas a necesitar y, una vez completado, regresa al carril derecho cuando veas al vehículo adelantado por el retrovisor interior. Si hay, además, mucho viento, ten cuidado con el llamado “efecto pantalla” y el golpe de aire que pueda empujar al vehículo tras completar la maniobra.
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Cuidado en giros y rotondas
De nuevo, por sus dimensiones, los vehículos pesados tienen que realizar maniobras especiales cuando van a girar, sobre todo en ciudad o en giros lentos. Autobuses y camiones abrirán su trazada y se verán obligados a ocupar más de un carril para completar el giro; de la misma forma, en rotondas podrían ocupar más de un carril. El consejo que debes seguir es el de prever esta situación en la que invaden nuestro propio carril y permitir al otro conductor terminar su maniobra, cediendo el espacio vital si es necesario para que la circulación sea fluida.
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